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Intensos dos días de campaña nos han regalado la maestra DELFINA GÓMEZ y el venido a menos, coordinador de campa HORACIO DUARTE.
El desaseado manejo de los tiempos, las finanzas, los eventos, la imagen y en general, de la campaña de Delfina Gómez al gobierno del Estado de México han llegado, al parecer, a su final. Y es que si bien no habrá un anuncio de ruptura HORACIO DUARTE, puede ir bien despidiéndose de cualquier voz de mando en el equipo.
En un evento por la tarde del jueves, la maestra tomó las riendas de su campaña y declaró “!vamos al debate!, no es miedo, no es nada, que no se nos pongan nerviosos, claro que ya estamos listos. El debate es bueno, para que se conozca las propuestas, escuchar a quienes están interesados”
La maestra, con la desesperación que le da la visible e inminente derrota, contradijo lo anunciado en rueda de prensa por su impuesto coordinador Horacio Duarte y dió por letra muerta el oficio de solicitud que su equipo ingresó al comité de debates del IEEM el día anterior donde solicitó el cambio de fecha del debate acordado entre las candidatas.
Visiblemente molesta, también declaró lo siguiente: “Decían que los hombres me manejaban, que yo tenía que obedecerlos y no sé qué tanto y yo les decía a manera de broma: no se equivoquen sí la que manda soy yo; pero no es cierto tampoco.“
En golpe de timón es lo que esta dando Delfina Gómez para salvar su campaña y es que Horacio solo la he hecho ver débil y la proyecta como un títere del cual el tiene el control.
La militancia ha dejado de apoyar y ha mostrado en los eventos que no están de acuerdo con las formas y el abandono que el partido, el delegado, el coordinador y los dirigentes nutren a sus estructuras de nueva creación y no a los fundadores y obradoristas que pelean a mano limpia el territorio.
Las trifulcas y la violencia vista en Toluca el primer día de la campaña hasta como testigo de que MORENA llega dividida a la elección del 4 de junio, y el circulo del Presidente López Obrador sabe que Alejandra del Moral lleva paso perfecto para frustrar de nuevo la victoria en el emblemático Estado de México.